Capitulo 15.

Paula.
Luego de dos horas de viaje, él estacionó el auto. Me envolví en una manta, cuando estas cerca del agua hace frío.
Bajo, y me ayudo a bajar a mí. Me frené por un momento para observar el bello paisaje: Él viento corría y chocaba, con gran violencia, contra mi cuerpo, frágil, haciendo que pierda un poco la estabilidad. Él sol en el horizonte, su reflejo daba al mar haciendo que este se torne transparente y brilloso. Él muelle sobre el mar, hacía que el bello paisaje se torne novelesco, un paisaje de película, tal vez.
Las aves volaban en el cielo, y una pregunta rondo por mi mente ¿Por qué nosotros no podemos volar?¿Por qué no existirá ese polvo mágico que hizo volar a Wendy, para que conociera el país de Nunca Jamas?
Sentí su mano, cálida, entrelazarse con la mía. Su mirada, intensa, puesta sobre mis ojos. Beso mi frente y juntos comenzamos a caminar hacia el muelle. Nuestro paso era lento, sin prisa, nadie nos corría, solo nosotros dos. Él paso, lentamente, su mano por mi cintura para atraerme a su cuerpo, eso hizo que mi cuerpo se estremeciera y obedeciera a su pedido. Hice lo mismo que él, pase mi mano y me abrace a su cintura para luego apoyar mi cabeza sobre su hombro, y así caminar hasta llegar al final del muelle y sentarnos en ella, con nuestros pies rozando el agua, fría pero tibia a la vez, ¿Loco no?.
Su mano rodeo mi cuello, y me atrajo hasta él. Bese su mejilla, y él me miro fijamente a los ojos, algo se sacudo en mi estomago, una mariposa inquieta y enamorada.
- Cuando me miras, seguís provocando ese cosquilleo en mi estomago -dije, y baje mi mirada.
- Cuando me besas, seguís provocando eso que solo provocas vos -dijo, y bese sus labios.
Mi boca era seca, ya no sentía lo mismo que antes, la comida no tenía el mismo gusto, casi ni comía. Tenía una dieta especial, y la verdad que nunca me lleve bien con las dietas... Pero sus labios, sus labios seguían provocando eso que solo provocaban sus besos, siguen con el mismo sabor, ese sabor dulce pero a la vez amargo. Sus labios eran lo único que no perdía sabor, ni valor. Cada uno de sus besos eran únicos, la fusión de su boca y la mía era perfecta, la unión de ellos eran una explosión de emociones, sentimientos, una mezcla de sabores y pensamientos.
¿Qué haría cuando no sienta sus labios junto los míos?¿Qué sería de mi sin él? Pero no puedo ser egoísta, no puedo aferrarlo a mí cuando todos sabemos que después de esto no hay nada. Cuando la vida nos juega una mala pasada, y sabemos que hay pocas posibilidades de vivir, pero ¿Cómo dejarlo?¿Cómo dejar al hombre que más amo?. No puedo hacerlo, tengo que luchar por él, por su amor, por mi vida, por su vida. Solo quiero estar a su lado, porque él es el que me devolvió las ganas de vivir, amar, sonreír y tratar de ser feliz.
¿Cómo abandonar algo que me hace tan bien?¿Romper esa promesa de PARA TODA LA VIDA? No podría, pero el tiempo es el tiempo.
- Me prometes que vas a ser feliz -dije, y una lagrima recorrió mi rostro.
- Nunca más digas algo así -dijo él, algo enojado.
- No te enojes, solo prometemelo -dije.
- Con vos a mi lado voy a poder ser feliz -dijo, y me beso.
Tomo mi rostro en sus manos, apoyando su frente contra la mía. Su respiración era acelerada, y en ella se notaba el enojo de Pedro.
- Con vos, solo con vos -musito, a escasos centímetros de mi boca.
- Pero
Interrumpió. - No lo digas, no lo pienses, no lo sientas -dijo, y tapo mi boca con su mano- Nunca lo digas.
- Te amo -dije, y lagrimas brotaron de mis ojos.
- No hace falta que te lo diga, no me cabe en el cuerpo todo el amor que siento por vos -dijo, y seco mis lagrimas- Sos la mujer que me robo el corazón -dijo.
Sentí como sus labios se posaban nuevamente sobre los míos, haciéndolos sentir cálidos y amados. Haciéndoles sentir que nunca los soltaría, que nunca me abandonaría.
Sus besos hacían que mi corazón reviviera, por escasos minutos, y se sintiera como antes, un corazón atontado y enamorado.


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Solo 9 capítulos para darle final a esta novela :')
GRACIAS, SIMPLEMENTE GRACIAS.