20 de diciembre de 2012

Capitulo 3.

Paula.
Salimos del jardín, dejando a Paz con su maestra. Me daba tristeza dejarla allí, pensé que ella no se iba a quedar, pensé que cuando vea que nosotros nos retirábamos de allí lloraría, pero no fue así, ella se quedo con una sonrisa jugando con sus nuevos compañeros.
La verdad es que pensé mucho. Y nada de lo que pensé, fue lo que sucedió.
Me sentí mal en ese momento, pero se puede decir que sentía más felicidad que tristeza, me contradigo yo misma, pero así son las cosas. Un gran contradicción. ¿No?
Es uno de los momentos más importantes de su vida, y de la nuestra. Después de todo lo que pasamos, estar ahora acá, es muy emocionante, una situación hermosa.
En una parte de mi corazón hay felicidad de poder disfrutar esta etapa junto a ella, junto a mi hija y al hombre de mi vida.
...

No me pregunten como, pero ya estábamos en el auto, camino a algún lugar: Un lugar completamente desconocido para mí, ya que Pedro no me quiere decir nada sobre la sorpresa, por ende no me quiere decir a donde me esta llevando.
Esto de las sorpresas no me gusta mucho, y él lo sabe muy bien, soy de esas personas que la intriga las supera. Pero se ve que a él le gusta verme sufrir así, por no saber a donde estamos yendo.
- ¿A donde vamos a ir? -pregunte con la esperanza de que al menos me de una pista.
- No te voy a decir -dijo él, sin desviar la mirada del camino.
- Dale Pedro, no seas malo
- No soy malo, no te puedo decir -sonrío- No te quiero decir -agrego.
- ¿Por qué?
- ¿Por qué que?
- Porque sos así conmigo -puse cara de perrito mojado.
- No te hice nada malo Paula -río.
- Si Pedro, sabes que no me gustan las sorpresas y vas y me haces una -dije con tono irónico.
- Paula, tranquilízate. Ya vamos a llegar, y es una sorpresa linda, no es algo malo
- Es que me pone nerviosa todo esto, lo sabes -sonreí.
- Si lose
- Entonces ¿Por qué no me decís?
- Primero porque dejaría de ser una sorpresa paulita -dijo, y yo bufe- Segundo porque me gusta verte así
- sos malo -dije, y él río.
- El malo más lindo -beso mi mejilla, y volvió a concentrarse en el camino.
Después de veinte minutos de viaje Pedro estaciono el auto. Mire a mi alrededor: Pude ver un lindo paisaje, se me hacía conocido, algo me decía que ya había estado acá.
Comenzamos a caminar por un sendero. El tomo mi mano, entrelazando sus dedos con los míos. y yo acomode mi cabeza sobre su hombro. Beso mi frente, y yo solo sonreí.
Estar a su lado me hace tan bien, tan feliz. Desde que el llego a mi vida, mi mundo se convirtió en felicidad, la luz apareció. El es la persona que necesito, que quiero a mi lado para el resto de mi vida.
Nunca ame a nadie como lo amo a él, sera porque nunca encontré el amor verdadero, o porque solo con él me siento así: Respetada, amada, me siento yo.
Él es tan especial, tan único. Tan... Tan Pedro. Es perfecto.
Su mirada, esos ojos marrones que se apoderan de mi mundo, con tan solo parpadear. Una mirada que dice todo, que demuestra sentimientos que no se pueden explicar con las palabras, solo con una mirada, su mirada.
Su sonrisa, tan linda, tan dulce. Me transmite felicidad, tranquilidad, amor.
Él es todo para mí, para mi vida. Es el amor de mi vida.
Seguíamos caminando por el sendero, con cada paso reconocía el lugar, el aroma, los árboles. Lo mire a Pedro, y el estaba sonriendo, su sonrisa me hizo sonreír a mi.
Nose porque, pero conocía todo este lugar, no puedo recordar cuando, ni como pero se que ya estuve aquí, y con Pedro.

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