Capitulo 6.

Kiss me - Ed Sheeran.

Kiss me like you wanna be loved, you wanna be loved, you wanna be loved. This feels like falling in love, falling in love. We're falling in love.
Settle down with me and i'll be your safety, You'll be my lady. 
I was made to keep your body warm but i'm cold as the wind blows so hold me in your arms.


- ¿Me amas? - Me dijo, algo ingenua, pero segura de su pregunta.
¿Me lo preguntaba enserio? ¿Acaso creía que no la amaba? Su mirada era tan transparente, que pude notar que lo que buscaba era la verdad.
En su pregunta no buscaba una respuesta cualquiera, sino una que la haga sentir segura del paso que va a dar, buscaba mi palabra, mi sentimiento.
Coloque mis manos sobre sus mejillas, rojas y calientes, y la mire a los ojos, ella sostuvo mi mirada. En ese momento de mi boca empezaron a salir palabras, las primeras las controlaba pero las demás no. No sabía que decía, ni lo que hacía, solo daba paso a mi corazón, a lo que el sentía.
- ¿Me preguntas enserio? -ella asintió, tímidamente- Te amo más que a nada en este mundo. Te amo bien, pero también te amo locamente, se podría decir que te amo desquiciadamente. Por vos estoy loco, estoy loco por tu boca, por tu amor. -ella río- Te amo e iría contigo hasta el fin del mundo, te amo de una forma especial, como nunca ame a nadie. Te necesito para poder ser feliz, para poder vivir, simplemente te amo Paula.
Sus ojos se llenaron de lagrimas. Mi corazón respiro aliviado, mis manos sudaban aún más, el viento choco contra mi nuca, y me distraje por un momento, luego volví mi mirada a sus hermosos e intensos ojos verdes, que me miraban con aire de felicidad, de amor. Su mirada es única, nunca me voy a cansar de decirlo. La combinación entre sus ojos y su sonrisa, es perfecta, mágica; parece hecha por un pintor, un experto pintor que deposito en ella todas las facciones de la mujer perfecta para un hombre.
Bajo su mirada lentamente, mirando el suelo, agregó.
- Pedro... Yo, yo... -su voz se entrecortaba- Te amo, sin vos no tengo vida. Me haces sentir segura, se que en tus brazos nada puede pasarme, se que si estoy a tu lado voy a ser feliz para toda la vida. Y quiero que vos seas feliz a mi lado, que al despertar me mires a los ojos y puedas sentir cuanto te amo, cuan importante sos en mi vida -con lagrimas cayendo por sus mejillas- Pero... pero tengo miedo de que eso no pase, de que yo no sea lo que vos esperas. -agregó.
- Paula, mírame. -dije, tomando su rostro entre mis manos y haciendo que sus ojos se fijaran en mi mirada- Te amo más que a nada en este mundo. Cada vez que te miro a los ojos, siento felicidad, y siento cuanto me amas. Te amo, y no quiero que te vayas de mi vida. No quiero perderte, no podría soportarlo... -susurre, acercando mi boca a la suya- Te pregunto nuevamente -tome aire y volví a re formular mi pregunta- Pau, te amo, y quiero que seas mi esposa. Con o sin papeles, quiero tenerte a mi lado para toda la vida, quiero que este anillo nos una por siempre y para siempre... Pau, ¿Queres ser mi esposa? -dije, y ella asintió, con una sonrisa de oreja a oreja.
Sus dientes se hicieron visibles, y una sonrisa apareció en mi rostro. Coloque el anillo en su dedo, mi mano temblaba un poco, bueno demasiado.
Volví a mirar su rostro, y ella tomo mis mejillas y me beso, un beso fugaz, al separarnos quedamos a centímetros de distancia, ella susurró
- Gracias
- ¿Por qué? -dije.
- Por existir - dijo ella, y sonrío.
Nuestra respiración se mezclo, y nuestras bocas se unieron. Comenzaron a bailar, al compás de una música, la música irreal que salía de nuestro corazón. Su mano jugueteo con mi cabello, despeinandolo aún más de lo que estaba. Nos separamos, y la abrace, haciendo que mis brazos la rodeen, sin soltarla, que se sienta protegida, segura conmigo. Porque para el resto de la vida, yo iba a ser su protector, iba a cuidarla de todo mal, no iba a dejar que se aparte de mi vida, no podía perderla, no quería hacerlo, quería ser su todo, quería que ella a mi lado se sienta una princesa, como lo que es.
- Te amo -susurro a mi oído.
- Te amo mucho más -dije.
- Nunca me dejes -volvió a susurrar, mientras se separaba de mí.
- Nunca lo haré -mire sus ojos.
- Nunca me dejes -volvió a repetir.
- Nunca lo haría -dije besando su nariz- Nunca me dejes -dije, y ella sonrío.
- No dejes que lo haga.
- Te buscaría, si lo hicieras, pero se que no lo harías
- Nunca haría eso, nunca te dejaría, porque para mí vos sos mi único amor, mi mundo -dijo, y me beso.
- Para toda la vida.
- ¿Lo prometes?
- Lo prometo. -sonreí, y volví a besar sus labios, suaves y carnosos. El lugar donde podría descansar para toda la vida, su boca.

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