Capitulo 16.

Dos meses después.

Paula.
Cada vez me sentía peor, mi cuerpo perdía fuerzas día a días, quería mantenerme fuerte pero no podía, nose como sigo acá.
Me levante de la cama, camine hasta el ropero, solo revolví la ropa porque en definitiva no me puse nada de lo que estaba allí. Cerré las puertas del ropero, y suspire ¿Por qué? Mire a mi derecha, y mi reflejo se proyecto en el espejo. Las lagrimas no tardaron en salir de mis ojos, y hacer que mi rostro pase de seco a húmedo, en escasos segundos.
Los meses pasaban y mi cuerpo se deterioraba cada vez más, mi rostro se convertía en pálido, seco, se podría decir que el tono de piel era muerto. Mi cabello ya no estaba, hace una semana se cayo completamente, todo a causa de la quimioterapia  para tapar la ausencia de cabello usaba pañuelos de colores, o gorros pero aún así me seguía viendo fea. La enfermedad poco a poco se apoderaba de mi cuerpo, de mi vida por completo.
La puerta se abrió, y su reflejo se acercaba, lentamente, hasta frenarse detrás mío. Me tomo de la espalda, encerrándome entre sus brazos.
- No tenes escapatoria -dijo y beso mi hombro.
Un beso cálido, dulce que hizo que sintiera un escalofrío sobre mi cuerpo.
- ¿Y si no quiero escapar? -dije, y sonreí.
Mire su reflejo en el espejo, y una sonrisa apareció en su rostro.
- No importa si queres o no queres, lo que importa es que no vas a poder escapar de mí -beso nuevamente mi hombro- nunca -agregó.
Nunca escaparía de su lado, pero si la vida así lo quiere? Si nuestro destino es estar juntos, pero a la vez no. No quiero pensar en eso, quiero vivir y ser feliz a su lado.
- ¿Qué pasa amor? -dijo él, apoyando su cabeza en mi hombro.
- ¿Me amas? -dije, y él suspiro.
¿Qué pregunta no? Se la hice tantas veces, la seguridad no la perdí, se lo que el siente.
- ¿Hace falta que responda? -asentí- Te amo tanto Paula Chaves, que no me cabe tanto amor en mi corazón, te daría mi propia vida para que puedas ser feliz. Te amo tanto, que nose que más decirte. Solamente te amo, sos mi luz, mi noche, mi todo, mi mundo, mi universo. Sos y serás mi único amor, te amo -dijo y beso mi cuello.
Una sonrisa se dibujo en mi rostro, esas sonrisas que solo con él aparecían.
- Pero soy fea -dije, y una lagrima recorrió mi rostro.
- Paula, mírame -dijo.
Me giro y nuestras miradas se conectaron, su mirada era pura ternura ¿La mía? Tan fría como la nieve, tan fría que hasta daba la impresión de muerta.
- Sos hermosa -beso mi nariz- Nunca más digas eso ¿Si?
- Pero
Interrumpió. - La belleza no es lo superficial, sino el interior -dijo y tomo de mi mano- Sos tan hermosa para mí, podría estar horas, días, meses observando cada facción de tu rostro, cada parte de tu cuerpo, y nunca me cansaría -suspiro- Aunque te conozca muy bien, sos un gran misterio ¿Sabías?
Sonreí, como una boba. El amor tocaba la puerta de mi corazón, devolviendo la esperanza y el amor, a este.
- ¿Eso es bueno o malo? -dije, y mi mirada se fijo en sus hermosos e intensos ojos marrones que me observaban, con desesperación.
- Bueno, siempre me enamoro de vos, día a día, siempre descubro algo nuevo para amarte aún más de lo que ya lo hago -sonrío y coloco sus manos sobre mi rostro- No podría no amarte -susurró cerca de mis labios.
- Yo tampoco -dije, y uní mi boca con la suya.
Sus besos ya no eran dulces y cálidos, sino que eran salvajes y ardientes. La pasión aumentaba, ¿Yo? Estaba entregada, necesitaba sentirlo, sentir su piel, su cuerpo. ¿Él? Preocupado, inseguro. Me miro, y yo sonreí, a lo que él respondió con un:
- Pau, no podemos -susurró.
- ¿Por qué? ¿Quién lo dice Pedro? -respondí.
- Nose Pau, pero
Interrumpí. - Paz no esta, solo nosotros dos ¿No me queres más? -dije sollozando.
- No te quiero, te amo. Pero no quiero lastimarte -dijo y me miro a los ojos.
Nuestras miradas se entendieron perfectamente. Yo sonreí, y asentí tiernamente.
Su mano recorrió mi espalda, lentamente, haciendo que mi cuerpo se estremeciera. Nos deshicimos de la ropa, esta formo parte del suelo como si fuera decoración o algún objeto del suelo.
Nuestros cuerpos se necesitaban, pedían a gritos amarse, sentirse otra vez unidos, unidos en una fusión perfectamente imperfecta, como era nuestro amor.
Nuestros cuerpo se unieron con pasión, pero con ternura, Pedro tenía cuidado, estaba temeroso pero a la vez estaba seguro, y eso me lo transmitía a mí.
Nos reencontrábamos otra vez, nos descubríamos otra vez. Muchos meses sin amarnos de esta manera, y hoy dejamos el miedo, las dudas para unirnos otra vez. La ternura de sus besos, la pasión de los míos, la frescura de su mirada, los latidos de mi corazón, acelerados y ardientes. Nuestros cuerpo se extrañaban demasiado como para no sentir tanta pasión, adrenalina y todo sentimiento que se cruce por mi mente.

...

- ¿Cómo te sentís? -dijo él.
Mi cabeza estaba apoyada sobre su torso, y su mano acariciaba mi mejilla.
- Bien, feliz -sonreí- Gracias
- ¿por qué? -pregunto él, y lo mire a los ojos.
- Por existir.

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Pocos capítulos para el final.

ACLARO: NOSE SI FALTAN 9, porque creo que faltan menos pero nose :(